Capítulo VI: Jardines sombríos de Gehenna
Los orkos más sabios y estudiosos de entre las tropas del kaudillo Xurxuc desencriptaron el diario de Ekaterina Ivanova con relativa facilidad; nadie apostaría a que esta raza fuera capaz de superar los sellos protectores con tanta rapidez. Cuando Xurxuc hojeó el documento, por fin encontró una pista real de que este codiciado artefacto Halo existía. Aunque por los descubrimientos de la inquisidora, aun andan bastante lejos de poder tenerlo entre sus dedos.
Las anotaciones de la fallecida Ivanova llevaban directamente a los territorios más selváticos de Elohim III, conocidos por los habitantes por los Jardines Sombríos de Gehenna. El calor sofocante y la alta humedad de la zona es agotadora, incluso para aquellos veteranos curtidos en Catachan; la flora es tan densa y profunda que no deja pasar la luz de la estrella azul, y entorpece toda construcción artificial que quiera edificarse, siendo muy pocas las que siguen activas pese a la invasión; la fauna espera a la mínima oportunidad para abalanzarse a la sabrosa carne humana que ha ocupado sus zonas de caza. Pese a todo ello, bajo la peligrosa superficie se ocultan unas ancestrales ruinas con conocimientos olvidados.
Antaño existían gran cantidad de entradas, pero actualmente muchas han sido destruidas. Ekaterina Ivanova descubrió que los trabajadores imperiales y las fuerzas de defensa planetaria utilizan túneles para desplazarse por los Jardines Sombríos de Gehenna y evitar todos los peligros de la superficie; ya existían cuando llegaron, y reforzaron aquellos que les ayudaban más a desplazarse entre las fortificaciones. Conocían que muchos profundizaban más, pero todo aquel que se aventuró a recorrerlos nunca volvió cuerdo. Excepto un hombre, el teniente Jacob “Medio Ojo” Tasker, actual mando militar de la colmena Nova Secunda.
La inquisidora estudió los grabados y runas de muchas ruinas xenos para tener la certeza de que justo aquí se emplazaba una gran biblioteca necrona, por decirlo así; un centro donde se almacenaba el conocimiento acumulado durante milenios y donde los líderes de las dinastías podían acudir para saciar su curiosidad y encontrar soluciones a los dilemas inmortales. Ningún ser orgánico había pisado ese ancestral lugar desde muchísimo tiempo, así que se desconocía el estado actual de la biblioteca.
Xurxuc informó a sus aliados del desubrimiento, los kaudillos Ghozzbak y Er’kan, poniéndose rápidamente en dirección a los Jardines sombríos de Gehenna. Tener una pista tan sólida de los artefactos Halo no hizo más que animar a toda la horda de invasores piel verde, y el estruendo y la destrucción que dejaban a su paso dejaron un evidente indicio a la resta de fuerzas del planeta hacia dónde se dirigían los orkos.
Por otro lado, el golpe traicionero que inició el gobernador militar Volganov tuvo el efecto deseado, dejando aturdidas y confundidas a las fuerzas del Imperio Tau. El frente se abría en muchas direcciones, pero el gobernador creía que era lo necesario para purgar el planeta de xenos, herejes y otros seres indeseados. Ya que muchas colonias imperiales se posicionaron a favor de los defensores del Bien Supremo, Dimitri Volganov puso en marcha una potente campaña publicitaria fomentando el odio hacia aquellos que protegían a los xenos: cartelería agresiva y predicadores fanáticos, además de imponer un toque de queda muy estricto en todas las colonias y colmenas. Las autoridades y fuerzas militares apresaban a todo aquel que ofrecía indicios de simpatía hacia los Tau, siendo un cruel ejemplo de lo que les ocurriría a aquellos que se marchaban de la luz del Emperador.
Tuvo que dividir sus fuerzas para asegurar los territorios reconquistados y seguir batallando contra los invasores, pues no se atrevía a dejar las regiones importantes desprotegidas para que una pequeña semilla de herejía destruyese todo lo recuperado. Por suerte, a su lado tenía aun las fuerzas de los marines espaciales, que pese a que no estaban demostrando ser la fuerza letal que se había prometido, tenía fe en que sus comandantes y capitanes lo diesen todo para acabar con la invasión.
El Capitán Paccael estaba dolido por la última derrota a manos de los pielverde de Xurxuc, pero su testarudez le llevó a enviar espías y tropas del Ala de Cuervo detrás de los orkos; sabía que había encontrado algo y el comandante de los Ángeles Oscuros esperaría una oportunidad para golpear allí donde hiciese más daño. Un vez que los orkos abandonaron el Centro Penitenciario Vergun, los marines espaciales encontraron el cadáver de la inquisidora Ekaterina Ivanova, relacionando su muerte con el triunfo de los orkos en la batalla anterior; eso hizo enfurecer a Paccael, que en un discurso épico y motivacional alentó a todas sus tropas a luchar con todas sus fuerzas. No permitiría otro fracaso de nuevo, aunque le costase la vida a él y a todos aquellos bajo su mando.
Aunque los comandantes O’Shark y O’Lucas sabían que la alianza con el bando imperial era muy frágil, esperaba que fueran más conscientes de los beneficios de este pacto y que durase al menos hasta que las tropas de orkos y caóticos fueran erradicadas del planeta. Pero no fue así, y vieron como la poca confianza que depositaron en el gobernador y los comandantes marines espaciales se perdió definitivamente, fracturándose completamente todos los frentes de batalla. Ahora, pese a sentirse solos y lejos de su verdadero hogar, creían que su lucha debía continuar y llevar la luz del Bien Supremo a Elohim III; aunque deban luchar también contra la maquinaria bélica del Imperio de la humanidad.
No estaban interesados en conseguir el artefacto Halo, pero desde que la búsqueda de dicho objeto comenzó a ser el eje central de la invasión, O’Lucas convenció a su compañero comandante de que conseguirlo ayudaría a negociar con otras fuerzas del planeta y obtener su transporte a su hogar. No estaban tan solos como creían, pues muchos humanos se alistaron como tropas auxiliares, y tenían el apoyo de una decena de colonias y de personas con influencia del planeta; no todo era odio y escepticismo, avivando la esperanza de que podrían hacer de Elohim III un mejor planeta, e incluso un enclave Tau libre de ataduras imperiales. La nueva política del gobernador militar no gustó, pues comenzó a sacrificar vidas inocentes que apoyaban al Bien Supremo, ya que el Imperio no valoraba la vida de sus ciudadanos. Este hecho hizo apremiar aún más los planes de O’Shark.
Pese a su recién adquirida demonicidad, Superius fue incapaz de recuperar el control de la invasión inicial, dando ya por perdida toda posibilidad de encauzar adecuadamente los movimientos orkos a favor de los dioses caóticos. Confiaba en que Tzeentch hilara adecuadamente los eventos para que este tipo de sucesos llevasen a una futura gran victoria. Ahora que la atención imperial estaba dividida entre el frente orko y el frente Tau, Superius aprovechó para trabajar en las sombras y encontrar un aliado inesperado en los guardianes de Elohim III: ya tenía un pequeño contingente de necrones a su favor, pero si lograba que Imotekth luchara junto a él, multiplicaba las opciones para seguir ganándose el favor de los dioses del caos.
El líder de la dinastía Sautekh estaba recorriendo el planeta, alzando cada vez más de sus guerreros, cuando la imponente figura del príncipe demonio Superius apareció de la nada. Pese a la sorpresa inicial, la actitud del comandante caótico fue aparentemente humilde y convenció al líder necrón de dejarlo hablar: Superius se deshizo en halagos y adulaciones por la fuerza e implacabilidad de su dinastía, ofreciéndose a él y a su contingente para acabar con los verdaderos invasores del planeta. Impotekh sospechaba de las verdaderas intenciones del líder caótico, pero extrañamente algo le impulsaba a ofrecerle un voto de confianza a esa criatura mutada por el inmaterium. El necrón fue informado de los movimientos orkos en dirección a la región de los Jardines sombríos de Gehenna, provocándole una curiosa reacción iracunda en su fría compostura. Enseguida movilizó a sus fuerzas y ordenó a Superius que hiciese lo mismo, pues si quería ganarse su confianza de verdad debería demostrarlo en el campo de batalla. El príncipe demonio aceptó las órdenes y mientras se marchaba volando esbozó una temible sonrisa. Parece ser que los necrones son más manipulables de lo que pensaba.
La derrota ante las tropas Tau fue un martillazo para los Señores del Fuego, y más para su capitán Potras Payback. Sabían que tecnológicamente eran superiores, pero tenían fe en que el Emperador les ayudaría en esa batalla. No fue así, y tuvieron que retirarse a posiciones seguras antes de recibir más bajas. Apoyó completamente al gobernador militar Volganov, y pese al odio que tenía contra esos xenos, sus tropas no fueron las suficientes como para aplastarlos aun cogiéndoles de improviso. Estaba claro que eran unos grandes aliados, y Potras dudó si realmente habían hecho bien en romper el tratado tan rápidamente. Cuando observó la nueva campaña publicitaria que el gobierno militar de Elohim III estaba implantando en los territorios ya asegurados, informó a Volganov que creía que ese esfuerzo en el momento actual de la invasión era innecesario, y demasiado extremo. Deberían centrarse primero en erradicar a los invasores, y luego encargarse de los daños colaterales de la guerra. El gobernador no estuvo de acuerdo con las opiniones del capitán Payback, y amenazó de acusarle de herejía si se ablandaba con aquellos que traicionan al Imperio.
Por último, los Templarios Negros del Mariscal San Jorge continuaba defendiendo la órbita planetaria de las armadas caóticas y orkas, que pese a estar divididas no dejaban de ser un rival formidable en el vacío espacial. Además, ahora el apoyo de la flotilla Tau se retiró debido a la rotura del pacto que se formó hace tiempo. Este hecho no hizo más que avivar la fiereza de los hijos de Dorn, que esperaban volver a combatir en la superficie de Elohim III lo antes posible y no quedarse relegados a la protección orbital.
Objetivos:
Actualmente existen cuatro accesos a las ruinas subterráneas que hayan sido reformados y por donde no deban realizarse actividades de excavación: las dos cisternas auxiliares, la colonia Vertigho y la colmena Nova Secunda. Interconectadas entre ellas, estas instalaciones imperiales siguen operando al cien por cien, ya que hasta ahora ningún bando de la contienda se ha interesado por esta región. Además, el equipo de investigación del Ordo Xenos había comenzado a excavar una de las ruinas abandonadas, ofreciendo otra vía para acceder a la biblioteca olvidada. El bando orko sabe lo que está buscando, así que pretende atacar a las instalaciones imperiales para poder acceder a los túneles inferiores, mientras que el resto de facciones no sabe aun exactamente por qué se ha movilizado tal cantidad de pieles verdes. Excepto Imotekh, que ha intuido que es lo que estaba ocurriendo exactamente.
Las cisternas auxiliares S.A.31 y S.A.32 son de las pocas fuentes de aguas potables de los Jardines de Gehenna, pues la flora de la región deja esporas tóxicas en el agua y sin un correcto tratado, aquel que la consuma puede sufrir graves consecuencias. No hay mucho personal de mantenimiento, pero los túneles de acceso al laberíntico subsuelo han sido reforzados y ensanchados para que vehículos ligeros puedan viajar entre ellas, la colmena y la colonia.
En la colonia Vertigho se ha visto la invasión como meros espectadores, pues apenas les ha afectado todos los movimientos de la contienda. Mantienen suministros para un asedio corto y pueden defenderse gracias a todo el territorio minado alrededor del muro de contención. Muchas de las tropas que estaban asentadas en la colonia fueron trasladadas a la colmena Nova Secunda, ya que se requerían refuerzos para mantener el orden.
Nova Secunda es la colmena que domina la jungla de los Jardines sombríos de Gehenna, casi pasando desapercibida debido a que las enredaderas han llegado hasta los capiteles más altos de la estructura. Parece una montaña olvidada en medio de un bosque infestado de plantas carnívoras, aguas tóxicas y criaturas bicéfalas devoradoras de hombres. Tras la caída del gobernador Lucrecius Lochfinn, los dirigentes civiles de la colmena la abandonaron a su suerte e intentaron escapar del planeta: no tuvieron buena fortuna. Ahora el único dirigente que mantiene en orden y control a Nova Secunda es el teniente Jacob “Medio Ojo” Tasker, un curtido veterano de los Jardines sombríos de Gehenna y la única persona que conoce los entresijos de los túneles abandonados. Su disciplina y liderazgo ha hecho que la región continuase funcionando y defendiéndola de partidas infiltradoras y exploradores de los invasores. Intuye que se acerca un gran obstáculo para la supervivencia de su provincia, pero él está preparado para hacerle frente hasta a los mismísimos dioses del caos.
De entre todo el espesor de la jungla, el equipo de excavación inquisitorial decidió trabajar en las ruinas RR1, siendo las que se mantenían en más buen estado de todo el territorio. Aunque no avanzaron mucho en reforzar los túneles inferiores, es un acceso desprotegido que cualquiera puede tomar para acceder rápidamente a los estratos más profundos del complejo subterráneo necrón. El sello de la dinastía Sautekh aun corona la parte más alta de lo que antaño era un templo dedicado a dioses antiguos.
Finalmente el entusiasmo orko ha provocado que las facciones rivales descubrieran las razones de por qué los kaudillos pieles verde movilizaban a sus hordas hacia los Jardines sombríos de Gehenna; los exploradores de los Ángeles oscuros que perseguían a los orkos interceptaron varios kamionez e interrogaron a sus tripulantes, informando posteriormente a sus aliados, el gobernador militar Volganov, el capitán Potras Payback y al mariscal San Jorge. Lamentablemente para los imperiales, las transmisiones fueron interceptadas por los escaramuzadores de O’Shark, que vio una buena oportunidad para adelantarse en la búsqueda del codiciado artefacto Halo.
Condiciones de victoria:
Llegar a la provincia se convirtió en una carrera a contrarreloj y se inició una dura batalla entre las tropas avanzadas de cada una de los ejércitos participantes, teniendo que combatir entre ellos y el entorno que les rodeaba. Aquellas tropas que asegurasen primero un perímetro alrededor de cada uno de los accesos tendrían más opciones de alcanzar primero la biblioteca olvidada por los necrones.
Aunque las cisternas y las posiciones estratégicas de la colmena y la colonia puedan ser objetivos interesantes, se ha priorizado a toda costa asegurar la entrada al complejo subterráneo, cueste lo que cueste. En caso de que algo sobreviva a la destrucción, podrá ser buscada alguna utilidad con posterioridad.
El teniente Jacob “Medio Ojo” Tasker defenderá con su propia vida la colmena Nova Secunda, pero su información sobre los túneles puede ser valiosa para aquellos que logren capturarlo, mantenerlo vivo y persuadirle para que les ayude. Le ha gustado siempre estar al pie del cañón, así que puede encontrarse en cualquier lugar de los Jardines Sombríos de Gehenna.
Emparejamientos:
Nova Secunda: Gallen (Astra militarum) vs. Mephisto (Orkos).
Cisterna Auxiliar S.A.31: SuperK (Marines del Caos y Necrones) vs. Juan (Orkos).
Cisterna Auxiliar S.A. 32: Xurxu (Orkos) vs. Lucas (Imperio Tau).
Colonia Vertigho: Ángel Lucas (Ángeles Oscuros) vs. Shark (Imperio Tau).
Antiguas Ruinas Xenos RR1: Carles (Necrones) vs. Potras (Marines Espaciales).
Pensamiento del día: "Mi armadura es el desprecio"
Gracias por vuestro tiempo.
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