dimecres, 3 de febrer del 2016

[WH40K] Capítulo II, Informes de Batalla (Parte 2/2)


Guerreros de Hierro y Necrones (SuperK) vs. Señores del Fuego (Potras).



Tras el estrepitoso fracaso de defender la colonia fortificada de Antares y al gobernador Lucrecius Lochfiin, el Capitán Potras Payback estaba totalmente dispuesto a enmendar su error. No planteó ninguna traba cuando el comandante de los Primeros Nacidos Vostroyanos Dimitri Volganov se autoproclamó gobernador militar en funciones. Cuando tuvieron los informes del bombardeo orko sobre la provincia Amus, las fuerzas de los Señores del Fuego fueron rápidamente desplegadas. Los rumores de que los herejes querían reunir almas imperiales para oscuros propósitos le hacía hervir la sangre al capitán marines espacial.

Los exploradores enviados de avanzadilla informaron de avistamientos de marines traidores, cultistas y otra clase de herejes avanzando junto a un predator manchado de corrupción y un demoníaco profanador. El capitán, aprendida las lecciones de la batalla anterior, tomó una de las motocicletas del arsenal y dio apoyo junto su escuadra de mando allá donde fuera más necesario. El fuego de ambos contingentes comenzó a cruzarse; el cañón demolisher del vindicator de los Señores del Fuego impactó de pleno al ingenio demoníaco, pero el profanador continuó avanzando implacablemente.

El cielo fue golpeado por un estrepitoso sonido, una cápsula de desembarco caía con rapidez hacia las posiciones enemigas. Aterrizó levantando una gran polvareda para dejar paso a una escuadra de Devastadores Centuriones acompañados por el veterano bibliotecario Brisingr. El mismo emanó un campo de energía alrededor de su escuadra y ordenó disparar al profanador por la retaguardia, donde su blindaje era más débil. Los Centuriones descargaron toda su furia imperial a través de sus cañones de gravitón destrozando por completo a la máquina infernal. Mientras, por los cielos surcaba una de las Stormtalon del capítulo, que ofreciendo apoyo ahí donde más era necesario, castigaba con sus armas cada uno de los pasos que hacían los marines del Ojo del Terror. Una gran explosión sacudió el frente defensor cuando el vindicator estalló en mil pedazos. Los láseres del predator de los Guerreros de Hierro lograron penetrar el blindaje e impactó en la munición del tanque.

Pero los invasores no habían decidido rendirse aún, con un destello fugaz aparecieron en medio de la batalla una escuadra de Arrasadores, marines mutados con multitud de armas que podían barrer pelotones enteros en cuestión de minutos. No fueron los únicos, instantes después una sombra oscureció el campo de batalla: un gigantesco monolito necrón hizo aparición, desembarcando cadavéricas tropas metalizadas que con su fuego Gauss pusieron en un aprieto las líneas defensoras. Entre ellos, Un Lord necrón comandaba la nueva ofensiva. El bibliotecario Brisingr y sus hombres tomaron posiciones para aguantar la embestida de los xenos. Los exploradores marines abrieron fuego distrayendo a los Arrasadores caóticos, logrando tiempo para que el Capitán Potras llegara a gran velocidad y su escuadra de mando abriera fuego con sus rifles de gravitones. Éstos cayeron fulminados y los motoristas marines espaciales se dirigieron rápidamente a hacer frente a los atacantes necrones.

El capitán y su escuadra tuvieron que admitir que estos rivales eran completamente diferente. Sus disparos apenas causaron bajas, y aquellos que caían en cuestión de segundos se volvían a levantar del suelo como si no les hubiese pasado nada. El fuego continuó cruzándose entre los dos contendientes hasta que Brisingr se puso en contacto con el Capitán, indicándole que era necesario en otro lado del campo de batalla y él podría manejar este nuevo enemigo. Potras y sus guardaespaldas aceleraron rápidamente hacia otro punto crítico de la refriega.

Una gran horda de cultistas estaba poniendo en aprietos los emplazamientos defensivos de los Señores del Fuego. Junto el apoyo del predator caótico y las hábiles órdenes de un Herrero de la Disformidad, quién parecía dirigir este ataque, estaban comenzando a acercarse peligrosamente a la Ciudad colmena Caesar Superior. Por suerte los refuerzos llegaron a tiempo: surcando en el cielo una segunda cápsula de desembarco estremeció a las fuerzas traidoras. Nada más aterrizar, una escuadra de condecorados marines veteranos abrió fuego contra los cultistas; uno de ellos, con un lanzallamas pesado, hizo buena cuenta con el fuego purificador en nombre del Emperador. El Herrero Disforme ordenó asaltar a los veteranos leales y se enfrascó en un singular duelo con el sargento de los Señores del Fuego.

La espada sierra del sargento y el hacha de energía del líder caótico cruzó golpes. Saltaron chispas y sus armaduras fueron duramente golpeadas, pero el duelo no se decantaba por ninguno de los dos. A pesar de tener un equipamiento superior gracias a los mecatentáculos, el Herrero de la Disformidad fue incapaz de superar la habilidad del sargento de los veteranos. Su fe y determinación lograron abrumar al corrupto, que viendo como sus tropas estaban siendo superadas, ordenó la retirada. Justo en esos instantes el Capitán Payback inutilizó al predator caótico, dejando sin apoyo antitanque a los invasores. Maldiciendo por todo lo alto, el comandante de los herejes dio indicaciones de retirada, sacrificando por el camino a un puñado de desaprensivos cultistas.
Finalmente volvió la calma a las proximidades de la ciudad colmena Caesar Superior, ofreciendo un respiro a los defensores. La tare había sido ardua pero se logró cumplir con el cometido. Después de asegurarse que los invasores no volvieran, el Capitán Potras comunicó de su victoria al Cuartel General de defensa planetaria.  


"El éxito se conmemora. El fallo tan solo se recuerda" Capitán Potras Payback de los Señores del Fuego.

Orkos (Xurxu) vs. Astra Militarum (Gallen).


Volganov alzó la vista, esperando que la respuesta viniera por sí sola, pero sabía que no había otra opción: Tenía que enviar a Todorovic. Era su segundo al mando, pero era el único que podía recuperar la moral de todo su ejército. La baja de Lochfinn había producido un enorme pesar en toda la tropa aunque hubieran mantenido a raya la invasión en la provincia Antares. El kaudillo orko  Xurxuc debía caer, sea como sea. La moral de sus hombres sería restaurada cuando la cabeza de ese enorme orko fuera colgada en una pica.

El destacamento de Todorovic se apostó cerca de la colonia Pernicius, al sur de la provincia de Amus. Sabía que tenían que pasar por el desfiladero del sector 2-13 para alcanzar la zona bombardeada. Una zona repleta de ruinas y cráteres debido a la artillería pielverde. El general Todorovic estudió el terreno, fortificó posiciones y contó toda la munición que habían traído. Cada una de esas balas y ráfagas de láseres tenían el nombre de Xurxuc inscrito.

Dos días después de dolorosa espera el ambiente se llenó de gritos, ruidos y estruendosas voces humanoides: las tropas de Xurxuc habían llegado. Los primeros en aparecer en el horizonte fueron los motoristas orkos; intentando atravesar el flanco y rodear el campamento vostroyano, cosa que el general ya pensó. Nada más llegar al lugar Todorovic posicionó inteligentemente a uno de los Hellhounds y a una unidad de sentinels en una de las calles más anchas. Los bípodes hicieron de señuelo y atrajeron a los locos de la velocidad orkos que, entusiasmados por el combate, se toparon con el fuego supresor del tanque vostroyano. Apenas salió ileso uno de los xenos, que fue perforado por los mismos sentinels que le tendieron la trampa a sus compañeros.

Los segundos en llegar fueron esos cachivaches orkos que usaban como transportes, apenas reconocibles entre las ruinas por el diseño caótico y chapucero típico de los pielesverdes. Las tropas del general Todorovic concentraron el fuego sobre ellos, ya que los orkos a pie serían una presa más fácil para los morteros y otras armas de dispersión. Incluso la escolta de kópteros fue fulminada en pocos segundos gracias a las abundantes ráfagas de plasma de los defensores. No hubo piedad, todo soldado y tanque imperial descargaba su munición sin pensárselo dos veces, creando una muralla de balas, láseres y fuego.

Todorovic daba soporte en todos los puntos del campo de batalla subido en su chimera de mando. Esperaba encontrar al Kaudillo Xurxuc para asestarle un golpe mortal al Waaagh invasor. Dentro de un monstruoso karro de guerra dio con su objetivo. Un enorme orko equipado con una inmensa megaarmadura desembarcó en el centro de la batalla y romper con contundencia la línea defensiva imperial. En ese fugaz instante se decidió el destino de la contienda, donde el fuego de los akribilladores y de los rifles láser hizo crepitar el tenso ambiente de guerra. Todorovic ordenó a sus hombres disparar los rifles de fusión, desintegrando completamente la guardia del gran orko. Aunque no fueron lo suficientemente diezmados y alcanzaron a destruir el Chimera personal del general.
Disipado el humo de la explosión, el líder orko se dio cuenta de que estaba completamente rodeado: de varias trincheras surgieron decenas de guardias imperiales que descargaron toda su munición sobre los orkos supervivientes. El líder de guerra orko tuvo que retroceder mientras recibía graves heridas y su armadura se hacía pedazos. A continuación los pocos orkos supervivientes lograron escabullirse y salvar sus quemados traseros para dejar paso a una gran victoria de los Primeros Nacidos Vostroyanos.

No habían podido dar con Xurxuc, puesto que el orko que Todorovic era uno de sus lugartenientes, Dregg “Abrelataz”, pero logró hacer que sintiera miedo de la gloriosa defensa planetaria y esperaba que hubiese sido un buen golpe al orgullo del kaudillo del waagh.

"Identifica tu objetivo. Concentra en él tus disparos y olvídate de todo lo demás. Cuando lo hayas destruido, elige otro objetivo. ¡Ésta es la manera de asegurar la victoria!" -Tactica Imperium

Gracias por vuestro tiempo.

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